Narrativas migrantes en el cine documental: PROYECCIÓN DEL DOCUMENTAL “HOME IS SOMEWHERE ELSE” EN "LA 72"

En agosto del 2022, la RFM firmó una alianza con el Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México, mejor conocido como DocsMX, una asociación civil sin fines de lucro dentro de la cual se encuentra el programa Good Pitch que reúne a documentalistas con actores clave para fomentar cambios sociales.

Dicha colaboración surgió del enlace con Franciscans International, aliado de la RFM, y Mariana Marín, productora de la campaña de impacto de la película “Mi casa está en otra parte”, la cual forma parte de la segunda edición de Good Pitch México 2022. Dicha alianza busca impulsar el tema de la migración a través del arte y la cultura, difundiendo el material audiovisual en las diversas casas y albergues de personas migrantes.

Los directores del documental Carlos Hagerman y Jorge Villalobos, junto a uno de los protagonistas, José Eduardo “El Deportee” y Daniela Cosme de Otros Dreams en Acción, brindaron una enriquecedora entrevista a la RFM en su visita a Tenosique, Tabasco, México, para la proyección en La 72, Hogar – Refugio para Personas Migrantes.

Buenas tardes Jorge, Carlos, Eduardo y Daniela. Muchas gracias por venir a Tenosique a proyectar la película en La 72 mi “Mi casa está en otra parte”. Desde la Red Franciscana para Migrantes estamos muy contentos de que las funciones estén en marcha. Podemos empezar con las presentaciones.

Carlos: Yo soy Carlos Hagerman, codirector con Jorge de la película “Home Is Somewhere Else” – “Mi casa está en otra parte” y también soy productor de la película.

Jorge: Jorge Villalobos, codirector de “Mi casa está en otra parte”.

Eduardo: Soy Eduardo Aguilar, soy story teller, protagonista y también spoken word poet de “Home Is Somewhere Else”

Mucho gusto. Una de las primeras preguntas que interesa a la Red Franciscana para Migrantes es ¿qué les motivó a producir una película que habla sobre personas en migración forzada? Si bien, tienen los antecedentes de haber trabajado con la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos y en Canal 11 han tenido proyectos referentes a diversos temas culturales .

Jorge: Sí, nosotros tenemos un estudio que se llama Brinca Taller de Animación que tiene ya once años que se fundó y desde el inicio pusimos claro que queríamos usar la animación para hablar de temas que consideramos nosotros que son importantes, que se hable de ellos, pero la animación como ayuda a que este tipo de temáticas se cuenten desde otras ópticas, refresca mucho los temas y también lo hace a veces más accesible para ciertas audiencias. Durante estos años trabajados, efectivamente estuvimos con la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos. Hicimos nuestro primer proyecto, una serie infantil que se llama “El chango y la chancla”, que era una serie que trataba temas educativos y como de relaciones intra familiares. Hemos trabajado para la ONU y para UNICEF, es un poco el espíritu del estudio. Y el proyecto en particular de “Mi casa está en otra parte” surgió cuando yo estaba bueno… Carlos tiene una trayectoria documentalista de unos años, ha hecho muchas películas que tratan el tema de la familia, pero todo en el contexto como migratorio. Y yo estaba, hace seis años, cuando surgió la idea de esta película, en Miami, acababa de ganar Trump, mi esposa es periodista. Entonces, estaba muy de cerca con todo, como que la conversación estaba en todo, yo muy alerta porque buscabamos temas para hacer una película. Y vimos un documental de Jorge Ramos, periodista que está en Miami, que entrevistó a niños que son ciudadanos norteamericanos, pero con padres indocumentados y contaban el miedo que tenían de la deportación de sus padres. Esa historia y, sobre todo, una historia contada por niños, nos llamó mucho la atención y dijimos “hay que contar estas historias, hay que hablar de esto”, pero aparte hay que darle voz a gente más joven, no que la narrativa se quede sólo en los adultos, sino era importante para nosotros contar qué pasa en la infancia de familias que viven estos procesos a veces muy, muy violentos de migración, de deportación.

Y bueno, nos acercamos a la primera familia que conocimos, la de Jasmine, que es la protagonista de la primera historia. Ella vivía en ese momento, bueno, está en Florida todavía y nos contó esta historia. Era semejante a lo que habíamos visto en el documental, pero aparte tenía este elemento extra de que ella se había involucrado con una organización activista y había ido a la Casa Blanca a pelear y a defender a sus papás, y de ahí fue el origen de esta historia, de esta película.

¿Y cómo fue el contacto con Carlos? ¿tú le compartiste la idea o cómo surgió que se narraran esas tres historias?

Carlos: Bueno, Jorge y yo llevamos… ¿Cuánto tiempo será? vamos a redondearlo, porque yo llevó treinta años de casado y yo te conozco antes que Victoria. Treinta años de ser amigos, de trabajar juntos. Y hace once años, decidimos poner este estudio con esta intención, hacer animación, pero contar historias que fueran relevantes. Por mi parte, yo, de todas maneras, dividía mi tiempo entre el estudio de animación y seguir haciendo cine documental. Hace catorce años, hice un documental que se llamó “Los que se quedan”, co-dirigido con Juan Carlos Rulfo sobre el costo emocional de la migración en  México. Y entonces retratamos la vida de seis familias durante un año en diferentes partes de la república. Una de esas historias es de una familia en un pueblito en Yucatán que se llama Dzoncauich. La historia, lo que le sucedió a esta familia es que decidieron dejar el pueblo y se van a ir a alcanzar a su papá que estaba en California. El final de la película es esta mujer que se va con sus tres hijas y un niño pequeño y se suben a un autobús y sabemos que ellos se van a vivir a Estados Unidos.

Dos de esas niñas son las protagonistas de la historia de las dos hermanas, Evelyn y Elizabeth. Entonces es una relación que yo he mantenido con esta familia por más de quice años y me di cuenta que ellas querían contar su historia cuando nos vimos en Los Ángeles, usualmente cuando yo viajaba a Los Ángeles, donde ellos viven, nos juntábamos a comer, a convivir un poco. Esa vez ellas estaban muy inquietas: estaban acabando la preparatoria y sus expectativas de futuro estaban muy encontradas con su estatus obligatorio. Les pregunté si querían platicar de esto y me dijeron que sí, empezamos a hacer las entrevistas. Y estábamos arrancando el proyecto con la historia de Jasmine, entonces le hablé a Jorge y le pregunté si era buena idea continuar con esta historia. Luego, revisamos la primera entrevista que hicimos con ellas y pensamos que era un buen complemento para la película.

¿Y cómo fue el contacto contigo Eduardo? El acercamiento a la película y tu participación.

Eduardo: Pues yo conocí a Carlos en un festival de cine en DocsMx, en el 2019, porque estaba tallereando un documental que yo dirigí que habla de migración en retorno. Ahí conocí a Carlos y me comentó que estaba trabajando en este proyecto. Como siempre digo, no me interesó al principio, no quise participar, pero después de varios meses que estuvo mandando mensajes. Y uno de esos mensajes era un demo de la historia de las dos hermanas, con eso me enganchó porque habla de niñeces en movimiento migrante y mi trabajo que llevo haciendo como artista, como storyteller, no hablo de mi niñez, habló más como de mi postdeportación. Se me hizo muy bonito imaginarme a mí y a mi hermano animados. De ahí, pues me enganchó y dije “si le entro”. Empezamos a trabajar juntos durante la pandemia. Me acuerdo que Carlos me conseguía Uber para vernos en tal lugar con el del sonido. Ya hacíamos las entrevistas vía zoom y fue casi todo un año de estar entrevistando.

Casi en las últimas entrevistas, le dije “hey, pero también hago poesía para que lo metan en mi parte de mi historia”. Y de ahí se le ocurrió la idea a ellos de que colaborará de otro modo, en la cuestión artística de poesía. Entonces dije “okey, pues le entro”, así nos conocimos en el festival de cine porque estaba yo ahí.

Gracias, Eduardo. ¿Y cuál ha sido la recepción a nivel internacional? Porque es una película de sensibilización y concientización. ¿Y qué es lo que esperan ustedes también con esta película? Desde el 2022 ya se presentó en un festival y continúan después de un año y siguen con las promociones. 

Carlos: Justo todo lo que tiene que ver con festivales, con premios y participar a nivel internacional siempre es con el objetivo de que esta película se conozca, se dé a conocer y se le puedan abrir espacios para que cumpla sus objetivos. A nosotros lo que nos gustaría es que la película estuviera al alcance de las comunidades que se ven retratadas.

Por un lado, hemos tenido funciones en Estados Unidos. También, estuvimos en el Festival Latino de San Diego, donde justo una organización que es de primera generación de americanos, de familias migrantes, estaba patrocinando y estaba lleno todo el cine de familias y fue una muy bonita función. Se sentía que la representación en la película les había emocionado mucho y nos gustaría que se nos abrieran estos espacios, pues tanto en en comunidades donde viven familias que se pueden ver representadas como también que logre penetrar en otros tipos de públicos que no se vean representados, pero que tengan la experiencia y se logre una visión más empática hacia estas historias.

Jorge: Se me hace curioso que justo la función que vamos a tener hoy es con el apoyo de la Red Franciscana, es el resultado de la primera reunión que tuvimos nosotros cuando viajamos a Ginebra a un festival de campañas de impacto, es una parte muy importante  de esta película. Ahora, más de un año después esa reunión está dando frutos, pero se está capitalizando y creando una red de distribución como alternativa a lo que usualmente la gente entiende de las películas que son en los cines, internet, Netflix o en festivales y es muy importante que se vayan construyendo estas maneras de llevar la película a audiencias que quizá no tendrán acceso a ver este tipo de películas que al final es para quienes la hicimos.

Carlos: Yo vería que por un lado está la distribución y por otro lado, está lo que ahora se llama las campañas de impacto. La diferencia es que la distribución es como un impulso donde quieres que la película la vea la mayor cantidad de gente posible y la campaña de impacto es cómo llevar la película y hacer un proyecto para que sea posible llevar la película a ciertos auditorios, ciertos públicos muy específicos que tu piensas que hay un valor en que la película llegue a ellos y ya no importa la cantidad de gente que vea la película, sino que esta película le llegue a esos espacios.

También para la RFM es muy importante. En primera instancia, comentábamos con Mariana si la película se podía proyectar más allá de México, si podía ser en los otros siete países de la Red Franciscana, en Estados Unidos, Guatemala, El Salvador, Honduras, Panamá, Colombia, Brasil. Para el último está la situación de los subtítulos, pero se puede buscar una vía, ustedes siempre nos muestran su disposición, lo importante es que trascienda fronteras porque para eso está hecha.

Justamente, nuestra compañera Alejandra de La 72 que hace incidencia en ruta con las personas que vienen de Guatemala hacia Tenosique, preguntó si la película se la podían prestar para el Día Mundial del Refugiado y Mariana dijo que sí porque para eso está hecha, para que la puedan observar los defensores y defensoras de derechos humanos y así conocer un poco más de este tema y seguir sensibilizando a la población.

Eduardo, ¿qué ha significado para ti que tu historia, tu voz, se haya presentado en la película y se proyecte en varios países?

Eduardo: Siempre lo comento, para mí es muy importante que más allá de mi historia, que me vean también como creador, como creativo, como storyteller, ver que también las personas en movilidad están creando, escribiendo, haciendo música, fotografía. Entonces, para mí es importante posicionarme no sólo como un protagonista, sino también como storyteller, lo que yo quiero con eso es que otras personas que estén en movilidad y vean la película se puedan ver a ellos mismos y digan “Ah, yo puedo escribir también” o “también quiero hacer eso que él está haciendo, yo puedo escribir rimas hasta más chidas que él”, eso es lo que quiero, que se vean más allá de su contexto de movilidad. Esa es mi tirada.

Daniela, ¿qué ha sido para ti participar con Brinca Taller desde tu organización y venir a La 72 para ser parte de esta campaña de impacto?

Daniela: Yo vengo representando a Otros Dreams en Acción, una organización que está ubicada en la Ciudad de México, pero que hace incidencia en todo todo el país, tanto en México como en Estados Unidos, somos una organización por y para personas retornadas y deportadas.

Se hace trabajo de incidencia y también como comentaba Eduardo hace un momento, un trabajo comunitario y creativo al insistir que las personas de movilidad, las personas migrantes, somos creadoras. Tenemos la capacidad de contar nuestras propias historias y tenemos la creatividad y las herramientas para hacerlo y posicionarnos como creadores. Es un poco del trabajo que se hace desde ODA y yo vengo acompañando a Eduardo en la parte de los talleres que van a haber después de la función donde vamos a invitar a las personas que participen, escriban sus propios poemas y trabajen en el spoken word.

Para finalizar, ¿tienen en mente algún otro proyecto sobre situaciones de contexto de personas en movilidad forzada o se están concentrando en “Mi casa está en otra parte”?

Jorge: Sí, justo como decíamos toda este trabajo de llevar la película y de hacer una red de distribución en lugares como en el que estamos ahora, pero también en Estados Unidos, es en sí un proyecto que tenemos, no queremos decir la película ya sale de los cines o no está en internet. Entonces, ya la guardas en tu disco o en tu librero, sino decir que la película tiene mucha vida, es muy vigente, las historias que se cuentan se sigan viendo y teniendo impacto en la gente,que dure mucho tiempo. El proyecto más importante de Brinca es hacer que esta película se siga moviendo y que esta red vaya creciendo.

Carlos: Sobre todo nosotros no pretendemos que podemos cubrir las necesidades de impacto que puede llegar a tener una película como esta, pero sí que poco a poco organizaciones que ya tienen proyectos de impacto, programas con las comunidades puedan ver en esta película una herramienta para sus propios objetivos. Y entonces, como ha sucedido con la Red Franciscana, y ahora también estamos hablando con la Red Jesuita, que conozcan la película y que si ellos la pueden utilizar para sus propios objetivos la película está ahí también para eso.

En el primer semestre del 2023 serán las funciones en México, pero esperamos que para el siguiente medio año podamos empezar con las proyecciones en los demás países. Fundamental, recalcar que las proyecciones son en casas de personas migrantes y éstas siempre están en constante flujo; por ello, las historias siempre serán vigentes: separación de familias, deportación, refugio.

Para la RFM es muy grato que la película nos la puedan compartir y la podamos distribuir con todas aquellas personas que les interesa el tema de la migración y así generar conciencia con toda esta situación. 

Eduardo: La película está basada en familias, historias entre México y Estados Unidos, pero justo esto que estás comentando de usar la película en otros países también es muy importante, porque esto mismo que se ve en la película pasa entre familias Guatemala – Estados Unidos, El Salvador – Estados Unidos o Guatemala y México. Y también hay mucha gente en esos países centroamericanos que están pasando por migración de retorno y se pueden identificar, no nada más las personas que van en movilidad y también las personas que van en movilidad también en estos espacios. Hay niños y niñas nacidos en Estados Unidos que están en movilidad con sus padres de regreso. Hay muchas formas en las que la película se puede conectar y llegar a la gente.

Muchas gracias, Eduardo y muchísimas gracias por el tiempo. Esperamos que la función en La 72 salga de maravilla. Nuestros compañeros, el director fray Ricardo y nuestra compañera Alejandra, cuando les comentamos sobre la función les preguntamos si tenían el espacio para recibirles porque el equipo y los voluntarios siempre tienen muchas actividades y ellos aceptaron muy gratamente.

Gracias por su asistencia a la función y el taller.

Esperamos vernos pronto. Muchas gracias.

 

PROYECCIÓN DEL DOCUMENTAL “HOME IS SOMEWHERE ELSE” EN PUEBLA.

El jueves 8 de junio se reunieron en las instalaciones de la Universidad Iberoamericana de Puebla, integrantes de la Red Franciscana para Migrantes México, Red de Albergues para Migrantes de Puebla, académicos de la Ibero y de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, así como alumnos y público en general, a ver el documental “Home is somewhere else. Mi casa está en otra parte”, en el que a través de la animación se comparte la historia de 3 jóvenes que viven con miedo a la separación familiar, sueños y esperanzas de poder cumplir cada una de sus metas y lo difícil que es lograrlas cuando se vive en un país diferente al de origen, y más cuando no se cuenta con los papeles necesarios para cumplir esos sueños o el dominio de un idioma.

En la proyección se contó con la presencia de José Eduardo, uno de los actores principales de estas historias, quien nos compartió el estigma que se vive al ser deportado a un país que se desconoce, al haber migrado éste a los Estados Unidos desde que era un niño, lo difícil que fue la integración no solo familiar sino social a su llegada a México. El diálogo realizado con académicos, integrantes de las Redes y estudiantes nos ayudó a conocer otro aspecto de la migración: el de los deportados, así como el conocer las dificultades que viven éstos en sus países de origen y el verse separados de sus familias.

Agradecemos a la productora Brinca por su apoyo para llevar a acabo esta proyección, la cual, confiamos sirva para sensibilizar a la población en general.

PROYECCIÓN DEL DOCUMENTAL “HOME IS SOMEWHERE ELSE” EN FRONTERA DIGNA