“El éxodo de la esclavitud a la libertad no es un camino abstracto.” Para que nuestra cuaresma sea también concreta, el primer paso es querer ver la realidad. Papa Francisco. 2024[1]
La cuaresma es un periodo de reflexión, oración y preparación para la celebración de la Semana Mayor, es decir, la “pasión, muerte y resurrección de Jesús”. Durante este tiempo, las comunidades cristianas suelen realizar acciones de misericordia, actos de penitencia y prácticas religiosas, buscando, con un corazón libre y auténtico, cómo encontrarse más Dios de la vida.
En el contexto de la migración, la cuaresma también puede ser un momento para reflexionar sobre el drama de las personas en situación de migración, desplazamiento y solicitud de refugio en el mundo; recientemente orábamos juntos en la Jornada Mundial contra la Trata y recordábamos las cadenas que inflige la indiferencia a muchas víctimas, más 69 mil personas en trata en 159 países (OIM); hoy, podemos abrazar el desierto que nos acerca al amor, al prójimo y a realizar acciones que generan nuevas esperanzas.
Es importante recordar que Jesús mismo fue un migrante o ¿un desplazado?, ya que su familia tuvo que huir a Egipto para escapar del peligro. Esa simbología evangélica muestra el drama de los que les toca huir de situaciones violentas o de poderosos opresores. Por lo tanto, como seguidores de Cristo, tenemos la responsabilidad de acoger y apoyar a los migrantes, como de contemplar en el rostro del migrante el de Cristo (Mt 25, 43), actuando con compasión, acogiendo y siendo solidarios con aquellos que se encuentran en situaciones vulnerables.
Durante la cuaresma, podemos reflexionar sobre cómo podemos ayudar a los migrantes, ya sea a través de donaciones a organizaciones que trabajan con ellos, ofreciendo nuestro tiempo y recursos para brindarles apoyo práctico, o simplemente mostrando amabilidad y respeto hacia ellos en nuestra vida diaria. En definitiva, la cuaresma nos invita a abrir nuestros corazones y nuestras mentes a aquellos que están en necesidad, recordando que todos somos hijos e hijas de Dios y merecemos ser tratados con dignidad y amor.
Lee el mensaje para está Cuaresma del Papa Francisco.
Aquí te proponemos 6 acciones durante el camino cuaresmal, que llevarán a acercarte a nuestros hermanos y hermanas en situación de migración o desplazamiento:
Semana 1: 14 al 22 de febrero.
Ofrécete como voluntario (a) en tu parroquia o con la pastoral de movilidad humana, para brindar información a las personas en movilidad a través de murales y acciones de solidaridad que ya puedan estar realizando.
Semana 2: 23 al 29 de febrero.
Realiza un mensaje de motivación y compromiso cristiano, para conocer el drama de los y las migrantes, y acogerles como personas migrantes; esto, a través de tus redes sociales y etiquétanos. @redfranciscanam
Semana 3: 01 al 09 de marzo.
Puedes escribir un poema, una canción o un dibujo para nuestra sección migrarte y así juntos seguimos hablando de la problemática de la migración a través del arte. Muestranos tu creatividad en el siguiente link https://redfranciscana.org/migrarte/ para publicarte en nuestro sitio web.
Semana 4: del 10 al 17 de marzo.
Realiza momentos de oración con tu comunidad religiosa, donde prestas el servicio pastoral o en la familia, teniendo presentes a las personas concretas que se vieron obligadas a migrar.
Semana 5: del 18 al 24 de marzo.
Reflexiona con tus amigos, comunidad o familiares sobre la situación migratoria de tu país o región, provoca diálogos participativos, discutan el tema, sobre todo, sean criticos de la xenofobia, el machismo y el racismo que violentan al migrante.
Semana 6: del 25 al 31 de marzo.
Realiza un donativo a la pastoral de Movilidad Humana de tu diócesis u organización que brinde asistencia humanitaria a las personas migrantes.
Francisco de Asís creó toda una liturgia de la pasión del Señor, para experimentar desde la oración el camino en la pasión, la tortura, la condena y la crucifixión de nuestro Señor Jesús. [2] También, Francisco buscó en el leproso a los empobrecidos y los mendigos-enfermos de los caminos el rostro concreto de Cristo. La espiritualidad que movía a Francisco era la del misterio de la Encarnación, por eso recreó el nacimiento de Jesús (pesebre de Greccio), y lo unió con el camino de amor que Jesús tuvo a la humanidad en la cruz. Francisco de Asís hizo el camino místico y comprometido con los pobres y excluidos de la historia. Nosotros cristianos estamos llamados a hacer lo mismo: practicar la misericordia y la justicia con la población en migración.
Ana Victoria López
RFM – Comunicaciones
[1] https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2024/02/01/010224a.html
[2] https://www.franciscanos.org/esfa/ofpa.html
Viacrucis Migrante
No te olvides de realizar el subsidio para esta Cuaresma.
Caminando con los crucificados de la historia: Los migrantes.