“Fui forastero y me hospedaste”
(Mt 25, 35)
Los próximos días 11, 12 y 13 de abril del presente año se llevará a cabo un gran evento que llenará de fervor y de esperanza a la población tenosiquense y a la comunidad migrante que radica en esta localidad. Hablamos del próximo Viacrucis Migrante con el cual se pretende dar a conocer, desde la reflexión de la fe, la realidad de los de migrantes que vienen de distintas partes de Centroamérica en busca de refugio en nuestra nación.
El Viacrucis es un acto devocional que tiene sus orígenes en la Orden de Frailes Menores, en la contemplación del misterio de la Cruz y la pasión de Jesucristo que experimentó San Leonardo de Porto Mauricio (1676-1751), quien lo ideó y propagó por toda Italia. Está consta de Catorce estaciones que nos presentan los momentos previos a la cruz, la misma crucifixión, muerte y sepultura de Jesús. La que él compusiera se convirtió por mucho tiempo en la que se meditaba en la Basílica de san Pedro, y por ello se extendió como devoción universal que hasta nuestros días.
En la actualidad, la Iglesia contempla la pasión del Señor según el contexto actual de la sociedad para fortalecer la fe y la esperanza de la comunidad cristiana que ve en el Crucificado un motivo para seguir caminando en medio de las dolencias y dificultades que lo agobian. Y este año tendrá su centro en el marco de la sinodalidad, es decir, en el camino de unidad y de la escucha atenta a la voz del Espíritu que habla con potencia a través de los signos de los tiempos. Y uno de estos signos de los tiempos es la movilidad actual que pasan nuestros hermanos de Centroamérica, y es por ello que queremos, desde la visión Franciscana, contemplar la Cruz de Cristo con un corazón abierto al dolor que sufren los migrantes en los caminos por dónde transitan y que son crucificados cuando se les cometen injusticias, violaciones a sus derechos, y sobre todo, cuando son agredidos física, sexual y psicológicamente, cuando son discriminados, extorsionados por el crimen organizado, y que por la sociedad padecen todo tipo de rechazo y hasta humillaciones.
Es un momento para levantar la voz por aquellos que, como Cristo, han sido desterrados, y con él han sido crucificados, víctimas de la trata de personas, o de quienes, en su deber de defender sus derechos, son ellos quienes, los extorsionan, y hasta los deportan, sin darles una oportunidad de mejorar su situación, la cual se ha convertido en un viacrucis, un camino lleno de dolor y ha sido el trago mas amargo que han probado, como el vinagre que le dieron a Jesús cuando tuvo sed antes de morir. Y por ello, al equipararlo con esta experiencia dolorosa, una analogía tan cercana a este sufrimiento con Aquel que nos da esperanza en medio de las agonías de este camino, donde el peso de la cruz tira al suelo a muchos, se nos hace una invitación para levantar a quienes vienen derrotados por el cansancio, generado por el miedo a ser encontrados y deportados, y huyen para continuar la larga y tortuosa travesía, para así llegar hasta la meta que en sus mentes y corazones tienen fijado.
Finalmente, en este gran evento de fe y reflexión participaran, además del grupo de migrantes, personas que asisten a quienes caminan por la ruta de las comunidades, a quienes se les llama defensores comunitarios, que con su esfuerzo dan lo necesario para que puedan continuar su recorrido con mayor facilidad. Y del mismo modo contaremos con la participación de representantes de la Red Franciscana para Migrantes de México, para impregnar con la espiritualidad franciscana este momento de oración, donde se meditarán los hechos de la pasión y muerte de Jesucristo.
Fr. Juan R. Moreno C., OFM
Voluntario
La 72 – Hogar Refugio para personas Migrantes
Fotografía: Eric Luna