“Las personas migrantes vienen solamente a Europa y a otros países ricos”
Como se ha señalado, el término ‘migrante’ se ha utilizado como un ‘comodín’ aplicable a todo para describir las potencialmente amplias categorías de las personas con una variedad de situaciones jurídicas y necesidades de protección. Independientemente de estas clasificaciones, las estadísticas tienden a disipar el mito de que las personas forzadas a huir o son impulsadas a salir de sus áreas de residencia solo persiguen llegar a los llamados Estados occidentales. La realidad de a dónde eligen o pueden migrar las personas es muy diferente.
Por ejemplo, en 2018, los países que albergaron el mayor número de refugiados fueron: Turquía (+3,7 millones); Jordania (+2,9 millones); Líbano (+1,4 millones); Pakistán (1,4 millones); Uganda (+1,1 millones); Alemania (+1 millón); Irán (979.400); Etiopía (921.000); Sudán (908.700) y Bangladesh (906.600). Con un sentido más amplio, y en línea con las estadísticas previas, la OMS encontró que “los países en desarrollo albergan al 86% de las poblaciones forzadamente desplazadas.”
Además, la OMS encontró que la mayoría de las personas migrantes a nivel mundial son migrantes internos – individuos que siguen dentro de las fronteras del Estado de su residencia habitual constituyendo aproximadamente 763 millones del total de mil millones de migrantes en todo el mundo. Europa y América del Norte albergan a aproximadamente 82 y 59 millones de migrantes respectivamente.
Es más, la ONU encontró que las personas migrantes internacionales se desplazaron principalmente “entre países situados dentro de la misma región”; en un informe de 2016, el Relator Especial sobre los derechos humanos de los migrantes encontró que “la mayoría de los migrantes viene de países de ingresos medios, con 59 por ciento de ellos estableciéndose en regiones desarrolladas”.
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La realidad desde el terreno
Desplazamiento interno y regional en Camerún y Nigeria
La población de Camerún está compuesta en una mayoría de 80% de francófonos y una minoría de 20% de anglófonos, esta última viven predominantemente en las regiones del Noroeste y el Sudoeste. Las divisiones coloniales lingüísticas se reflejan de los territorios que quedaron bajo control de Gran Bretaña y Francia después de la Primera Guerra Mundial. Tanto el francés como el inglés son idiomas oficiales bajo la Constitución de Camerún, la cual destaca señala que los idiomas tienen el mismo estatus, y que el Estado debería “esforzarse por proteger y promover las lenguas nacionales”. A pesar de esta estipulación y de otras protecciones constitucionales, incluida la igualdad de toda la ciudadanía ante la ley, surgen reclamos de discriminación y marginación por parte de las y los cameruneses anglófonos.
En octubre de 2016, el gremio de abogados y abogadas comenzaron una movilización general de protesta por el hecho de que el Estado no había traducido los textos jurídicos al inglés y por “la ‘francofonización’ de las jurisdicciones del Common Law”. Al siguiente mes, también el profesorado y estudiantes entraron en huelga contra la discriminación percibida. Sus protestas fueron reprimidas con violencia por las autoridades estatales. Los problemas escalaron más cuando las autoridades “prohibieron las organizaciones de la sociedad civil, suspendieron el internet y cortaron las líneas telefónicas durante casi seis meses en 2017”; tiempo más tarde el mismo año, las manifestaciones que celebraban la “independencia simbólica de las áreas francófonas del país fueron reprimidas con una fuerza ilegal, excesiva y mortífera”.
La violencia entre las autoridades camerunesas y los grupos separatistas armados provocó el desplazamiento forzado. En noviembre de 2018, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (UN OCHA) estimaba que al menos 437.000 personas “se desplazaban internamente en el Sudoeste, Noroeste y departamentos vecinos debido a las hostilidades entre grupos armados y fuerzas de seguridad”. Durante el mismo período, la ONU informó que más de 26.000 cameruneses habían huido a Nigeria. Para febrero de 2020, 679.000 personas se desplazaban internamente en las regiones del Noroeste y Suroeste, y aproximadamente 60.000 personas buscaron asilo en Nigeria.
Si bien la inestabilidad en Camerún fue un factor impulsor de desplazamiento para sus ciudadanos, el gobierno camerúnes también recibía solicitantes de asilo. Esto era impulsado por los ataques lanzados por Boko Haram en toda la cuenca africana del lago Chad, que incluye partes de Camerún, Chad, Níger y Nigeria. Se han producido desplazamientos a gran escala a lo largo y ancho de la región. En febrero de 2020, el ACNUR estimaba que había 2.617.808 desplazados internos en la cuenca del lago Chad, siendo las personas de nacionalidad nigeriana una abrumadora mayoría de los desplazados internos (más de 2 millones). Entre esa cantidad de personas desplazados, Camerún acogió a la mayoría de los refugiados y refugiadas nigerianas, con aproximadamente 105.923 del total de 107.840 personas refugiadas nigerianas en Camerún en la región Extremo Norte.
Particularmente, persiste alto el número de personas refugiadas a pesar de que se firmó un acuerdo tripartito entre Camerún, Nigeria y el ACNUR en 2017 para facilitar el retorno voluntario de los refugiados nigerianos y nigerianas a Camerún. Incluso con el acuerdo en vigor, Human Rights Watch documentó los abusos enfrentados por personas refugiados y solicitantes de asilo nigerianas, incluyendo su devolución forzada a Nigeria por las autoridades camerunesas.
Libertad de Circulación
Obligaciones del Estado: El artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP / ICCPR) afirma:
“1. Toda persona que se encuentre legalmente en el territorio de un Estado tendrá, dentro de ese territorio, derecho a la libertad de circulación y a la libertad de elegir su residencia.
- Todos tendrán libertad para salir de cualquier país, incluido el suyo.
- Los derechos antes mencionados no estarán sujetos a ninguna restricción, excepto las previstas por la ley, que sean necesarias para proteger la seguridad nacional, el orden público (ordre public), la salud o la moral públicas o los derechos y libertades de los demás, y sean compatibles con los demás derechos reconocidos en el presente Pacto.
- Nadie será privado arbitrariamente del derecho a entrar en su propio país”.
El artículo 13 del PIDCP / ICCPR avanza a señalar: “El extranjero que se halle legalmente en el territorio de un Estado Parte en el presente Pacto sólo podrá ser expulsado de él en cumplimiento de una decisión adoptada conforme a la ley; y, a menos que razones imperiosas de seguridad nacional se opongan a ello, se permitirá a tal extranjero exponer las razones que lo asistan en contra de su expulsión, así como someter su caso a revisión ante la autoridad competente o bien ante la persona o personas designadas especialmente por dicha autoridad competente, y hacerse representar con tal fin ante ellas.”
El Comité de la ONU para los Derechos Humanos ha sostenido que las restricciones a la libertad de movimiento deben “ajustarse al principio de proporcionalidad; deben ser adecuadas para desempeñar su función protectora; deben ser el instrumento menos perturbador de los que permitan conseguir el resultado deseado, y deben guardar proporción con el interés que se debe proteger”.
Pacto Mundial para la Migración
- Objetivo 5: “Aumentar la disponibilidad y flexibilidad de las vías para la migración regular”
- Objetivo 17: “Eliminar todas las formas de discriminación y promover un discurso público con base empírica para modificar las percepciones de la migración”
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Franciscans International, la ONG de la Familia Franciscana ante Naciones Unidas, ha sido quien ha preparado este material. Ésta publicación es un extracto del subsidio «Rompiendo los Muros», si deseas descargar en formato PDF «Mito 2: Las personas migrantes vienen solamente a Europa y a otros países ricos«, puedes hacerlo aquí ↓