En primer lugar, desde el punto de vista macroeconómico, las remesas son fundamentales para la estabilidad monetaria y cambiaria del país, lo cual se ha reflejado en las estadísticas anuales del Banco de Guatemala, de los últimos cinco años.   Sus efectos son visibles en la variable de producción, relacionada con bienes y servicios, que posteriormente son consumidos.   Además, como flujo nominal, genera circulación numeraria a través del sistema bancario nacional, que sirve para apalancar el déficit creciente que se tiene en la balanza comercial -brecha entre las importaciones y las exportaciones-, que para el año 2020 alcanzó 6.637,7 millones de dólares, un 11,35% de su Producto Interno Bruto[1],  el cual fue cubierto con el ingreso de las remesas familiares, que para el cierre del año fiscal 2020, el Banco de Guatemala reportó 11.508 millones de dólares[2], lo que se convirtió en un nuevo récord histórico al superar en casi un 8 por ciento las divisas del 2019.

Sin embargo, este recurso monetario enviado a las familias guatemaltecas, expresado en transferencias, cheques, efectivo, o bienes, se canaliza por dos vías:  1) remesas formales o 2) remesas informales, estas últimas no se registran en las estadísticas del sistema nacional, y son enviadas a través de amigos o familiares principalmente, o por Hawala[3], un sistema alterno para transferir remesas de manera informal.   Pero independientemente del medio, este flujo de recursos constituye una de las principales fuentes de financiamiento para las familias, especialmente en el área rural. La remesa familiar contribuye en buena parte a complementar la alimentación de la familia, en otros casos, es el único ingreso para garantizar el acceso de alimentos. Pero en general, la remesa también es concebida como el único medio que puede causar cambios en una familia del área rural, y un factor determinante para dar un salto cualitativo de la pobreza.

Pero esta transición es paulatina, entre los años noventa y dos mil, las familias percibían la remesa como un complemento a la economía del hogar, pero esto cambió, a medida que en las zonas rurales se fueron agudizando las condiciones de pobreza, desigualdad y exclusión, aunado a la falta de empleo digno.  Con la llegada de la pandemia del SARS-COVID-19 estas condiciones de precariedad se agudizaron, muchos empleos se perdieron, esto obliga a que la migración internacional se fuera convirtiendo en la única opción para muchas familias del área rural, principalmente.

Por otro lado, se percibe que tiene fuerte impacto en los patrones culturales de la familia que las recibe, y en la inversión de activos como: tierra, infraestructura domiciliar y a pequeña escala para negocios y ahorro.    Existe una percepción que, a través de las remesas, los departamentos de San Marcos y Huehuetenango en Guatemala, se han convertido en “productores de migrantes”, y lo ven reflejado en la calidad de las estructuras habitacionales, son considerablemente mejores en función de las familias que residen en el municipio y que no tienen un familiar en el extranjero.  A lo anterior, se suman todos los negocios y comercios que se instalan alrededor de las remesas y en la inversión social que hacen los migrantes en su comunidad de origen.

Las perspectivas… 

La agudización de la pobreza, la precarización del empleo y sub-empleo, el desplazamiento forzado interno, las múltiples violencias, o en el caso de la agricultura como medio de vida sostenible ya no es una opción,  estos múltiples factores son los principales detonantes para que las familias busquen fuera del país otras perspectivas de vida, esta situación los lleva a conectarse con las redes de apoyo de los migrantes –organizaciones o asociaciones en Estados Unidos o familiares- quienes les apoyan directa o indirectamente para emprender su proyecto migratorio.   Cada vez se observa como familias completas están migrando, ya no emigra solo el jefe de hogar, a esto se han sumado los niños y niñas no acompañados (2014), los jóvenes, las parejas y las familias (Caravanas).    Mientras se dan los procesos de adaptación en Estados Unidos y se logre la reunificación familiar, con sus diferentes variantes –retorno o deportación – las familias seguirán emigrando, buscando preservar la vida.

En cuanto al uso productivo de las remesas, las experiencias internacionales muestran que las remesas se han convertido en la fuente principal de divisas y han ayudado indudablemente a estimular su economía. Los migrantes y sus familias tienden a darles un uso racional, de acuerdo con el contexto socioeconómico en el que se mueven, aunque no siempre ese uso sea el más deseable desde el punto de vista de la microeconomía.

Aunque hay consenso en la mayoría que las remesas se destinan fundamentalmente a la satisfacción de las necesidades básicas de los hogares que las reciben, entre los autores internacionales hay grandes diferencias de opinión sobre el uso productivo de la remesa. Es preciso señalar que por uso productivo se concibe, en general, aquel que va de la mano con el ahorro y la inversión. En todo caso, siempre subyace una pauta implícita o explícita de racionalidad. El uso actual de las remesas en es el mejor que se les puede dar en el contexto presente de las economías locales, al observar comunidades empobrecidas, niños y niñas visiblemente desnutridos y los servicios sociales que debe brindar el Estado son escasos o inexistentes.

En general, se plantea la necesidad de ampliar el análisis del uso productivo de la remesa familiar, que integre la perspectiva de los remitentes –migrantes- que han demostrado de diversas formas y expresiones su interés de aportar al País y principalmente a su comunidad de origen.  A futuro se puede tender un puente por el que también transitan otras iniciativas de los migrantes con el acompañamiento de actores claves como la Iglesia en sus diferentes expresiones, las autoridades locales y los líderes y lideresas comunitarios, que pueden contribuir en la reflexión de la importancia del uso productivo de la remesa.

Rosario Martínez A.
Colaboradora
RFM – Equipo Guatemala
Casa Peregrina del Migrante “Santo Hermano Pedro de Bethancourt”

________________________________

[1] Datosmacro.com (2020) Ver en: https://datosmacro.expansion.com/comercio/balanza/guatemala#:~:text=La%20balanza%20comercial%20sube%20en,12%2C21%25%20del%20PIB. Consulta 14/08/2021

[2] Banco de Guatemala (2021) Ver en: http://www.banguat.gob.gt/es/page/remesas-familiares  Consulta 14/08/2021

[3] El hawala (en árabe حوالة) (también conocido como hundi) es uno de los sistemas de transferencia informal de fondos (TIF) generalmente utilizados en muchas regiones del ámbito local e internacional. Hawala significa “transferencia” o “cable” en la jerga bancaria árabe. https://transferwise.com/gb/blog/what-is-hawala