En paises de salida
La mayoría de los migrantes y refugiados que se dirigen a los EE. UU. han abandonado sus hogares debido a uno o más de los siguientes factores: pobreza extrema, violencia generalizada, crimen organizado y reclutamiento de pandillas, crisis climática prolongada, represión política y otras amenazas a su seguridad personal, abuso sexual y violencia de pareja. Cuando los gobiernos no pueden garantizar la vida y la seguridad, las personas se ven obligadas a irse.
La Familia Franciscana en los países de salida ayuda a las personas con información, apoyo y guías que reducirán el riesgo en su viaje. Proporcionan información sobre la ayuda que se pueden encontrar en la ruta.
Los deportados que llegan reciben atención de salud mental y pastoral, y asistencia para la reintegración.
En Países de tránsito
México tiene políticas de inmigración estrictas que no son amigables para los refugiados y solicitantes de asilo. Los recientes éxodos masivos (llamados «caravanas de migrantes») han demostrado que México no puede sostener movimientos masivos de personas a través de su territorio. Human Rights First informa que «los refugiados enfrentan graves riesgos en México debido a secuestradores, traficantes, violencia brutal y deficiencias alarmantes en el sistema de migración de México que los ponen en grave riesgo de persecución». Los cambios constantes en la política hacia los migrantes en los países de tránsito tienen un impacto desestabilizador en las instituciones que sirven a los migrantes en la ruta.
La Familia Franciscana en los países de tránsito ayuda a las personas con información, apoyo y guías que reducirán su riesgo en el viaje. Proporcionan información sobre la ayuda que se pueden encontrar en la ruta. Brindan capacitación en Derechos Humanos, asesoría legal, apoyo sicológico. Además, muchos de ellos brindan refugio y hospitalidad.
En Regiones Fronterizas
La Familia Franciscana en regiones fronterizas ayuda a las personas con información, apoyo y guías que reducirán su riesgo en el viaje. Proporcionan información sobre la ayuda que se pueden encontrar en la ruta. Brindan capacitación en Derechos Humanos, asesoría legal, apoyo sicológico. Además, muchos de ellos brindan refugio y hospitalidad.
Estados Unidos.
El epicentro de la captura, la detención y la deportación en los estados unidos sigue siendo en su región fronteriza, una división de 2000 millas de largo entre los EEUU y México . Estados Unidos ha estado deportando entre 300,000 y 450,000 personas indocumentadas por año durante los últimos 10 años. La Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos informa que aproximadamente 400,000 migrantes fueron capturados en 2018, un número que representa la tendencia a la baja desde un máximo de 1,600,000 en el año 2000. Estas cifras demuestran que lo que está sucediendo en la frontera es menos una crisis política que una crisis humanitaria. Esta crisis humanitaria está marcada por unos aspectos nuevos.
- El creciente numero de personas solicitando asilo (55,584 en 2017 a 93,959 en 2018).
- Una creciente captura de individuos y familias en los puertos de entrada, en particular de aquellos que buscan asilo.
- El nuevo programa, «Quedate en Mexico,» que se manda a los solicitantes de asilo que han cruzado sin documentos a México para esperar su adjudicación.
- La reducción del número de casos de asilo que procesan cada día, una estrategia llamada «medición (metering)».
- Las detenciones de menores no acompañados que alcanzaron más de 11,000 en 2019.
- Los informes que se filtran desde los centros de detención que ilustran a niños que viven en condiciones miserables, negligencia general, atención médica deficiente y trauma psicosocial grave. Varios niños se han muerto mientras estaban detenidos.
- Entre lo más controvertido, en la primavera de 2018, miles de niños migrantes que fueron separados de sus padres en la frontera como parte de una «política de tolerancia cero» que procesó a cualquiera persona que haya cruzado irregularmente.
- La solicitación constante de fondos y apoyo político para construir el muro de concreto en la frontera sur, y la diversión de fondos de otros proyectos para el muro, un plan que simplemente no es viable económicamente y causaría una destrucción ambiental y cultural sin precedente a la región.
México.
La región fronteriza sur de México ahora está militarizada y las estaciones de procesamiento y retención de inmigrantes, vigiladas por la Policía Federal y Militar, porque las cárceles de alta seguridad, han pasado su capacidad por 3 o 4 veces lo que deberían tener. Los informes de separaciones de familias está comenzando a filtrarse, y las deportaciones masivas de la región están en progreso. Las autoridades de inmigración violan el derecho de acceso a la información, niegan el derecho a buscar refugio y violan el principio de no retorno para las poblaciones de refugiados. La extorsión y el robo a migrantes en las rutas migratorias por parte de la Policía Federal y el Ejército se está volviendo más común, y los delitos violentos contra las personas en tránsito están aumentando. Los migrantes que llegan a la frontera entre Estados Unidos y México enfrentan todo lo anterior nuevamente y más. Este territorio con su brutal clima desértico está controlado por los carteles de la droga, el crimen organizado y los contrabandistas, y ahora también está altamente militarizado en el lado mexicano. En el lado estadounidense, los campos de detención se llenan a menudo 5 veces su capacidad, las familias se separan y los seres queridos a menudo se pierden en el proceso. Los informes sobre las condiciones brutales, la agresión sexual, la falta de atención médica, las muertes en los campos, especialmente de niños, han causado indignación en los Estados Unidos y han puesto en tela de juicio el carácter moral de los Estados Unidos como país y hacia dónde se dirige todo esto.
En Países de destino y deportación
Cuando los migrantes y refugiados llegan a los Estados Unidos, se enfrentan a políticas y prácticas hostiles de inmigración, redadas, amenazas de deportación, separación familiar, discriminación y una gran cantidad de otros desafíos. A menudo terminan siendo deportados, sólo para comenzar todo el proceso nuevamente.
La Familia Franciscana en los Estados Unidos ayuda a las personas con información referencial, alojamiento temporal, servicios legales y otro tipo de apoyo. También participamos activamente en actividades de promoción para cambiar las leyes y exigir la adhesión a los acuerdos de Derechos Humanos que protegen a los migrantes y refugiados.