“Oh humano, en cuán grande excelencia te ha puesto el Señor Dios, porque te creó y formó a imagen de su amado Hijo según el cuerpo, y a su semejanza» 

(San Francisco de Asís, Adm 5)

 

Violencia por ser de la comunidad LGBTI en país de origen

En los últimos años han sido muchos los avances en materia de derecho para la comunidad LGBTI, acuerdos, decretos y leyes que tienen como objetivo respetar los derechos más básicos de las personas que pertenecen a la comunidad LGBTI, para poder ejercer su libertad sin repercusión alguna. A pesar de estos avances la realidad social es diferente, pues se siguen presentando actos de violencia en contra de las personas de la comunidad.[1]

El panorama de violencia, corrupción y desigualdad en Centroamérica, aunado a una sociedad predominantemente machista, tiene como resultado la criminalización y desinterés al abordar temáticas relevantes a la diversidad sexual.[2]  La idea de que ser homosexual es una condena, convierte a las personas de la comunidad LGBTI en receptores de comentarios y acciones de odio y discriminación que propicia la violencia en su contra y en contra de activistas, defensoras y defensores de los derechos de las personas LGBTI.

De acuerdo con la ONG hondureña Red Lésbica Catrachas “desde 2009 hasta julio de 2017 se reportaron 264 asesinatos de personas LGBTI (152 hombres gays y 86 personas trans) en Honduras. La ONG COMCAVIS-TRANS reportó un total de 28 ataques graves, la mayoría asesinatos contra personas LGBTI en El Salvador entre enero y septiembre de 2017.”[3]

La violencia ejercida por orientación sexual e identidad de género se desarrolla desde ámbitos como la vida familiar y laboral, la sociedad en general y también a nivel institucional. Por ello, denunciar ante las autoridades de sus países implica en muchos casos un riesgo adicional directo para su seguridad, su vida e integridad, por miedo a ser objeto de represalias por parte de sus agresores. Además, ante la falta de confianza en las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley, que en reiteradas oportunidades se han visto envuelta en casos de corrupción, complicidad y encubrimiento juntos a grupos del crimen organizado y maras o pandillas. Por este motivo, muchas personas deciden no denunciar los ataques que sufren, pues ante la inminente persecución, deciden alejarse de sus lugares de origen.

Como se ha podido ver hasta ahora, las personas de la comunidad LGBTI reciben: rechazo, burlas, agresiones e insultos. Por lo tanto, es muy común que migrar, para algunos de ellos tenga el sinónimo de huir, de la LGBTI-fobia, de la violencia, estigmatización, exclusión, intimidación, amenazas, agresiones físicas y violencia sexual e incluso asesinatos.

Violencia en la ruta migratoria

Por lo anterior, las personas de la comunidad LGBTI, emigran buscando seguridad y protección en otros países como México o Estados Unidos. Sin embargo, durante la ruta migratoria se encuentran con más vejaciones, violencia y discriminación.

Si bien todas las personas migrantes están expuestas a peligros durante la ruta, se debe entender que ante estas violencias las personas de la comunidad LGBTI, por lo general también enfrentan el rechazo de sus familiares y han sido expuestas previamente a estos mismos tipos de violencia: sexual, psicológica, física, en algunas ocasiones expuestas al trabajo sexual forzado. Debido a ello, viven con alto grado de estrés y en ocasiones poca confianza entre las mismas personas de la comunidad. Algunas personas debido a su contexto no han tenido la oportunidad y la libertad de experimentar su identidad u orientación sexual.

Desde el 2012, el número de personas de la comunidad LGBTI que hemos atendido anualmente ha ido en aumento. De todas las personas acompañadas el 34% fueron personas de la comunidad LGBTI.

Como en todas las áreas de atención a grupos en situación de vulnerabilidad, para el módulo LGBTI se propician en la convivencia diaria dinámicas de aprendizaje e integración. Los servicios que se ofrecen desde La 72 junto a Médicos sin fronteras (MSF) son:

Salud física

  • Atención médica primaria (MSF).
  • Pruebas de VIH
  • Acceso a retrovirales.
  • Acceso a terapias hormonales.
  • Preservativos.

Salud mental

  • Grupo con profesionales de MSF.
  • Atención en consulta individual con MSF.

Y los procesos educativos y formativos son

  • Cine – Foro con temática de la diversidad sexual y posterior debate.
  • Reuniones semanales, grupo de salud.
  • Acceso a talleres y trabajo.

En La 72, hemos albergado a mujeres transexuales que son defensoras de derechos de la comunidad LGBTI en sus lugares de origen, muchas veces por esa razón son perseguidas como el caso de Sonia de 30 años educadora y defensora de DD.HH, originaria de San Salvador. Estamos felices por quienes han realizado su meta de una vida digna libre de violencia, y seguimos en pie de lucha defendiendo los Derechos Humanos de todas las personas migrantes.

Alejandra Conde
La 72 – Hogar Refugio para personas Migrantes
RFM – Equipo México

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[1] “La comunidad LGBTI quiere igualdad real en América Latina, no solo derechos” en La comunidad LGBTI quiere igualdad real en América Latina, no solo derechos | Justicia Social | DW | 26.01.2021

[2] “Centroamérica y su dilema con la diversidad” en  Centroamérica y su dilema con la diversidad | America | EL PAÍS (elpais.com)

[3] Cuando ser uno mismo se paga con la vida, por Juan Ignacio Cortes en Cuando ser uno mismo se paga con la vida (amnesty.org) publicado, el 28 de enero 2021