El 11 de mayo de 2023 pareció un día cualquiera, pero no lo fue. La suerte de muchos migrantes latinoamericanos en tránsito se puso en juego, tampoco faltó la palabra oportuna que acompañara dicha suerte.
En esa fecha, el papa Francisco publicó su Mensaje para la 109ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2023 a celebrarse el próximo 23 de septiembre, con el título “Libres de elegir si migrar o quedarse”. Al mismo tiempo, los Estados Unidos de Norte América ponía fin a la política del Título 42, nombre con el que se conoció la ley emitida durante la pandemia para evitar la propagación del COVID-19, y que el fin de su aplicación ha provocado una crisis humanitaria en la frontera norte mexicana. La Red Franciscana para Migrantes de América (RFM) y Quixote Center (QC) se solidarizó, al final del día, con esta situación a través de un comunicado.
El Título 42 permitía a las autoridades estadounidenses expulsar rápidamente a los migrantes de sus fronteras terrestres. Además, prohibía la entrada a las personas que representaran un riesgo para la salud. Al final, el Título 42 era un arma jurídica para detener la migración.
La posibilidad del fin de esta política generó debate en diversos ámbitos. Algunos sectores conservadores temían que su derogación permitiría el ingreso masivo migratorio. En cambio, para los migrantes, dejar sin efecto esta política sanitaria suponía un obstáculo menos para llegar a los Estados Unidos. Desde noviembre del año anterior empezó una crisis humanitaria en la frontera entre México y Estados Unidos, agravada en los últimos dos meses.
El gobierno de los Estados Unidos preparó un plan con diferentes componentes para contener el flujo migratorio masivo en su frontera que supondría la derogación del Título 42. El envío de soldados a la frontera es parte del plan, pero además las restricciones al asilo.
El comunicado RFM/QC denuncia que esta nueva norma “impedirá que los migrantes puedan solicitar asilo a menos que cumplan uno de varios criterios extremadamente estrechos, como haber solicitado asilo en un tercer país y haber sido denegado, o haber conseguido una de las muy limitadas citas de asilo a través de la compleja aplicación CBP One”.
En su mensaje, el papa Francisco subraya que la mayor parte de migrantes no toman la decisión libremente, como debería de ser, sino más bien son forzados por causas en las que se incluyen los conflictos, las persecuciones, la pobreza, los desastres naturales, la imposibilidad de vivir una vida digna y próspera en la propia tierra, etc.
Al respecto, el comunicado RFM/QC pide a la administración Biden “Mirar más allá de los países del Triángulo Norte y de las estrategias económicas para abordar las raíces actuales de la migración, que incluyen el cambio climático, la violencia de género, el desplazamiento de indígenas y el retroceso democrático”.
Si bien el mensaje del papa habla de la responsabilidad principal de los gobiernos de los países de origen de ejercitar la “buena política” con honestidad y transparencia, también se pide crear las condiciones internacionales para que esos mismos gobiernos puedan hacerlo “sin ser despojados de los propios recursos naturales y humanos, y sin injerencias externas dirigidas a favorecer los intereses de unos pocos”.
La eliminación de estas causas, sostiene el mensaje, no pasa únicamente por la pregunta qué podemos hacer, sino, ante todo, “qué debemos dejar de hacer”. Se insta a “detener la carrera de armamentos, el colonialismo económico, la usurpación de los recursos ajenos, la devastación de nuestra casa común”.
El comunicado RFM/QC recomienda al gobierno de los Estados Unidos a “Dejar de destinar miles de millones de dólares a vuelos de deportación, detención de inmigrantes y fronteras cada vez más militarizadas en toda la región, e invertir en cambio en soluciones basadas en la comunidad para reasentar de forma segura a los inmigrantes y fortalecer nuestras economías”.
Por último, el papa invita a trabajar para que la migración sea fruto de una decisión libre. Mientras tanto, asegura, “estamos llamados a tener el máximo respeto por la dignidad de cada migrante; y esto significa acompañar y gobernar los flujos del mejor modo posible, construyendo puentes y no muros”.
En un mismo día el papa Francisco emitió un mensaje de esperanza para los migrantes, se dio por finalizada una ley sanitaria antinmigrante en Estados Unidos, sucedida por un plan antiinmigrante que conllevó a un comunicado solidario de la Red Franciscana para Migrante y Quixote Center en donde se reafirma el compromiso “de seguir acogiendo y acompañando a los migrantes en su viaje hacia la seguridad”. El 11 de mayo de 2023 pareció un día cualquiera, pero no lo fue.