Quiero compartir el caminar de estos días, en la intención de involucrarnos como franciscanos en el acompañamiento con migrantes, esto, constituyendo la RFM en Panamá.
Este 8 de marzo, visité con Fr José Olmos, el “hogar Luisa”, Centro de Acompañamiento Integral (CAI) a Refugiados y Migrantes. Ciudad de Panamá. En este refugio fuimos atendidos por el director y administrador Jorge Luis Ayala, que además es el representante nacional de la Pastoral de Movilidad Humana-Panamá.
El “Hogar Luisa”, como CAI está a responsabilidad de la Arquidiócesis de Panamá, con financiamiento principal de ACNUR, con otros aportes locales. El CAI tiene tres trabajadores pagados en planilla, esto muestra que el local tiene evidente necesidad de fortalecer su equipo de trabajo. La casa tiene capacidad para 35 migrantes, esto contando por cama y con los diferentes espacios. Tiene cuartos comunes para hombres y mujeres, no tienen un cuarto propio para la comunidad LGTBI. En tiempo del confinamiento en la pandemia, estuvieron totalmente llenos en su capacidad. Este hogar lo buscan migrantes de diferentes nacionalidades, y son remitidos por instituciones estatales y de la sociedad civil. El CAI funciona desde el 2012 en la capital.
La movilidad humana como pastoral inicia en el 2011 en el Darién, que es cuando aparecen cantidades de personas que vienen huyendo del conflicto en Colombia. También, comenzaron a llegar por esta ruta de la selva, entre cubanos y transcontinentales. Desde el 2013, la pastoral de movilidad humana funciona en ciudad panamá, teniendo como sede el “hogar Luisa” (que antes funcionaba para menores abusadas sexualmente). En la actualidad se conoce como la “ruta del Darién”, que prácticamente es recorrer la selva y un tramo del mar. La dinámica es que los migrantes son trasladados por el estado, desde el Darién hasta Chiriquí, en Gualaca. La intención del estado, es que los migrantes pasen por Panamá, sin intentar quedarse en el país. Hay que saber que un trámite de solicitante de refugio en Panamá puede tardar hasta 6 años, antes de la pandemia había unos 2 mil migrantes en espera del estatus de refugiado.
Este día de la visita al CAI “hogar Luisa”, estaban unos 6 migrantes, vi solo a dos de ellos. El procedimiento en el CAI es que cada migrantes pasa una entrevista con la trabajadora social, para ver si llena el perfil, este refugio no recibe a menores no acompañados, a ancianos y a mujeres embarazadas, ya que considera no tener las condiciones para su acompañamiento.
Un dato relevante es que la Pastoral de Movilidad Humana, es una instancia nacional, sin embargo, es llevada por la arquidiócesis, eso hace que no se tenga una cobertura ni apoyo directo por parte de las otras diócesis del país.
El 9 de marzo, participamos con Fr José, en la sede del arzobispado en una reunión de la Mesa Movilidad Humana de la Iglesia católica en Panamá. Las instituciones participantes fueron: el arzobispo Mons. Ulloa, red de migrantes jesuitas, movilidad humana, caritas, hnas. de la misericordia, arzobispado, franciscanos. Cada organización presentó lo que están realizando con respecto al acompañamiento de migrantes, se intercambió información. Luego se pasó a hablar concretamente de un proyecto de formación sobre “habilidades blandas”, que está dirigido a migrantes que residen en ciudad Panamá; estos cursos serán por medio de Zoom y presencial. Este es un proyecto que tiene un enfoque sobre emprendimiento e integración laboral, en especial la mujer migrante, que son la mayoría en el país. Acordamos con Fr José que iniciaremos un proceso buscando constituir el equipo de la RFM con la Familia Franciscana en la capital.
En cuanto a recursos y espacios de acompañamiento de migrantes, se cuenta en la Iglesia arquidiocesana con tres espacios que son: los refugios de “Fe y Alegría”, el “Hogar Luisa”, centros de formación de las hermanas de la misericordia.
Esta Mesa se está constituyendo de nuevo, por eso, los acuerdos principales fueron:
- Cómo incidimos en relación a las políticas dirigidas al trato migratorio de los migrantes.
- Es necesario crear el capítulo CLAMOR Panamá.
- Hay que hacer protocolos para los refugios sobre menores, mayores, indigentes, y otros grupos vulnerables.
- Se realizarán cursos de “habilidades blandas”, esto lo coordinan los jesuitas.
- Se sugiere una conferencia de prensa para presentar la mesa de MH.
- Llegar a las parroquias, desarrollando un proceso de acompañamiento pastoral, de DDHH y de integración nacional con respecto a la migración.
- Urge una reunión con las entidades de gobierno que asisten a los migrantes para exponer la situación desde nuestra perspectiva eclesial y realizar un trabajo en conjunto.
Estos espacios de participación, nos llevan a ir en un proceso de compromiso como franciscanos en relación al acompañamiento de los migrantes, buscando concretar nuestra misión como RFM. La realidad de la migración en el territorio de Panamá se da en tres tipos: la migración interna por trabajo (en especial de los indígenas), la migración extranjera que va de tránsito y los que buscan a Panamá como destino.