Con este artículo deseamos situar la mirada sobre los procesos que permiten un proyecto transformador de no-violencia y algunas pautas que facilitan nuestro servicio a las personas migrantes
Cuando hablamos de las personas migrantes, la mayoría de nuestras narrativas están dirigidas a señalar las violencias que les ejercen y atraviesan, es decir, evidenciar que somos una sociedad con gobiernos y culturas violentas. No es fácil agregarle un valor a la realidad migrante. No obstante, hay miles de historias de personas migrantes que sirven de ejemplo justamente para cambiar algunas estigmatizaciones.
El poder transformador es la razón del porqué se huye del ejercicio del poder que lleva a la corrupción, la humillación, el abuso de autoridad, la agresión, los golpes, los gritos, la pobreza y los feminicidios, entre otros. Te has preguntado: ¿porque los migrantes en su mayoría no repiten el patrón de violencia?, porque su última opción o fuerza es para la vida y no para la muerte. Pues yo me lo he preguntado y he llegado a reconocer la invitación que las personas migrantes nos hacen. Nos invitan a ser constructores, artífices y protagonistas de la vida, es decir, asumir nuestras vidas a pesar del miedo y la violencia.
Nos invitan a buscar realidades diferentes a las impuestas por el contexto.
Nos invitan a caminar por nuestros propósitos, aún si ese trayecto no está totalmente claro.
Nos invitan a resolver conflictos sin ejercer la misma violencia que los desplaza forzosamente.
Nos invitan a creer que el trabajo digno de nuestras manos es la ruta para una vida sostenible.
Se trata de alcanzar ese “algo” que existe en toda persona y que desea el bien para sí misma y para el prójimo. Arriesgarse a ser creativa/o en lugar de ser violentos siempre será una alternativa más sana y resiliente. A veces, cuando leo algún artículo o noticia sobre migrantes, me quedo impactada de los alcances de las personas. Y me pregunto si yo estuviera en su lugar, ¿se me ocurriría hacer eso mismo? Nuestras posturas nos llevan a decir: ¡no! nunca me arriesgaría con mis hijos así. ¡No! nunca permitiría que se fueran solos. ¡No! nunca dejaría que a mis hijos lo cuidarán otras personas. ¡No! nunca me iría con alguien que no conozco.
Hablemos del poder transformador de las personas migrantes y de las claves que facilitan este poder interior
1. Respetar y cuidar al prójimo/prójima: Caminar juntos para cuidarse. Esto lo hemos visto cuando emprenden las caravanas o éxodos migratorios, cuando hacen una cadena humana para cruzar un río, cuando cargan la mochila de otra/o para que descanse un trayecto, cuando comparten el agua que queda disponible. He citado algunos ejemplos que he visto en las personas migrantes para salvaguardar su integridad y cumplir con su objetivo. Les resuenan estas frases: “unidos somos más fuertes”, “todos para uno y uno para todos” y “ama al prójimo como a ti mismo”; pues aquí es donde veo se hacen realidad. Les dejo un ejemplo: “Al menos 4 mil migrantes presionan para regularizar su situación e instalan campamento en aduana de Chiapas”
2. Respetarse a sí misma/mismo: asumirse como individuos con la responsabilidad de nuestras vidas, no siempre implica tener las metas claras, ni tomar decisiones fáciles. Migrar es una decisión de renuncia por la lucha de la dignidad y la vida: “¿Por qué migran las personas?: 11 razones sorprendentes”
3. Buscar una solución no violenta: Migrar es una forma de enfrentar la injusticia, estar dispuesto a sufrir la desconfianza, hostilidad, el rechazo, la persecución y aun así esperar lo mejor, creer que vale la pena por un propósito mayor. A pesar de ello, la paciencia, lucha y resistencia son mecanismos que se pueden observar en las personas migrantes y ninguno de estos ponen en riesgo la seguridad de una nación: “Hondureños migran por una vida mejor, reunificación y violencia, según la OIM”
4. Esperar lo mejor: La huella que dejan los conflictos, traumas y violencias en general, puede ser devastadora, sumándose a la desesperación y la vulnerabilidad de quien vive el desplazamiento forzado. Por otra parte, puede ser un auténtico rescate emocional, una experiencia de apoyo que ayude a revalorar la propia vida, valor e identidad e iniciar un proceso de resiliencia: “Pies para que te tengo – Testimonios de personas venezolanas refugiadas y migrantes – Red CLAMOR”
Ahora, les planteamos algunas pautas de no violencia con las personas migrantes en la asistencia humanitaria
Escuchar y evaluar:
- Trata de utilizar un lenguaje cercano y sencillo, sin tecnicismos. La diferencia cultural y la dificultad idiomática son barreras importantes para tener en cuenta. Utiliza frases cortas y sencillas.
- Cuida tu actitud y predisposición personal antes de establecer contacto con una persona migrante. Si estas ansioso/a, malhumorado/a o preocupado/a, la atención puede verse afectada negativamente. En esos casos, trata de tomarte un respiro y calmarte antes de continuar con tu trabajo. Se consciente de lo que transmites: empatía, apoyo, tranquilidad, comprensión.
- Demuestra que existe un interés real por su situación en particular, mostrándote atento/a mediante el lenguaje verbal y corporal. Frases como “estoy aquí para ayudarte”, sumadas al contacto visual con la persona, pueden favorecer el sentimiento de protección.
- Practica la escucha activa, respetando los silencios y las pausas de la conversación. Da tiempo a la otra persona para que ordene sus ideas, observando en que momentos es propicia la intervención.
Comunicar:
- Saludo y presentación. Indica tu nombre y profesión u organización que representas, expresa el objetivo y alcance de tu ayuda. Es natural que el entrevistado desee conocer quién lo está interrogando y los motivos para hacerlo.
- Manifiesta interés en atender primero sus necesidades básicas, pues es posible que hayan pasado muchas horas sin probar alimento, ni bebida.
- Consulta si ya ha hablado previamente sobre su situación con otra persona, para evitar la revictimización. Si desea conversar, permite que las personas expresen sus emociones; contar su historia les hace sentirse aceptados. Demuestra que estás escuchando activamente, mediante tus expresiones faciales, tu lenguaje corporal y comentarios como: “Tengo tiempo para usted, puede hablar con calma” o “Podemos tomar un descanso si lo desea, yo no tengo prisa».
Orientar:
8. Promueve estrategias de afrontamiento a los migrantes: buscar ayuda cuando lo necesite y hablar sobre sus experiencias con alguien más, tener información sobre las rutas, transporte, albergues y servicios, aprende a manejar las emociones (respirar, escribir u otra actividad), mantener el contacto y compartir información con su red de apoyo sobre el viaje, procurar descansar y alimentarse, en caso de existir, información sobre centros de intervención en casos de crisis que atiendan las 24 horas del día.
Para finalizar, el poder transformador me trae a la memoria a Francisco de Asís, quien pasó de ser un guerrero a ser un mensajero de paz y hermano de toda la creación. En este camino, la clave fue la capacidad de reconciliación consigo mismo y con los demás, con sus límites y las tribulaciones de la vida. La celebración del “perdón de Asís”, es el sueño de san Francisco: que la misericordia de Dios llegue a todo el que la busca, a todos los peregrinos y migrantes que llegarían a aquel pequeño templo conocido como la “porciúncula”. La misericordia de Dios se expresa en nuestras acción compasiva y solidaria, que nos conduce a cuidar, proteger, integrar y promover a una mejor calidad de vida para los migrantes que pasan por nuestros lugares y a dejarnos transformar por ellos también.
Ana Victoria López
RFM – Honduras
Muy bueno, es una realidad que los Cristianos estamos obligados a cambisr.