“La lucha es permanente, nunca vamos a llegar a un mundo perfecto, Pero vamos ir subiendo escalones. La esperanza no es llegar, la esperanza es caminar. No hay triunfo seguro, el único triunfo seguro es volver a levantarse y cada vez que uno cae volver a empezar” (Pepe Mujica, Madrid, 2018).
En su XII Aniversario, conmemoramos la alegría y la esperanza que brinda La 72, Hogar – Refugio Para Personas Migrantes a miles de personas que han tránsitado por este oasis, les agradecemos con algunos testimonios de personas que multiplican la Esperanza con sus manos en el voluntariado de La 72 y dedicamos esta nota para cada caminante, migrante y luchador que llega buscando la Libertad.
La 72 no se detiene sigue caminando es espiritu de lucha para forjar futuros dignos a las personas en movlilidad humana.¡Muchas Felicidades, gratitud y admiración por su gran servicio!
Eric Luna. Voluntario
- ¿Quiénes son las personas en movilidad a partir de su experiencia?
Las personas en movilidad, si hablamos de aquellas que La 72 y otras casas de migrantes acogen, son quienes han decidido salir o huir de sus países de origen en la búsqueda de una mejor situación para sus vidas y/o de sus familias. Estas personas en movilidad han sido muchas veces orilladas por las políticas migratorias de los Estados Nación, a recorrer tránsitos de manera irregular e indocumentada lo cual les hace vulnerables y expuestas a muchos peligros de los cuales, irónicamente se les culpa de sufrir. Las personas en movilidad, personas migrantes en tránsitos irregulares son tan iguales como cualquier persona que pueda conocer, sin embargo, desde mi experiencia: tienen un espíritu de gran fortaleza, de mucha animosidad que ayuda a vencer cualquier miedo o duda que aparezca en su andar migrante.
- ¿Qué ha disfrutado más en sus anteriores servicios como voluntaria/o en La 72?
Estar en La 72 como voluntario me ha hecho feliz: feliz porque siento que puedo ayudar a alguien, acompañarle y sentirle así solo sea durante unos días. Me ha hecho aprender a trabajar en equipo y apreciar el compañerismo del voluntariado. Esta combinación, me hace decir que he disfrutado cada momento según la circunstancia y el tiempo: ya sea ayudando en la cocina y servir las comidas, sea platicar con los niños y niñas, acompañar a cualquier persona que lo necesite, etc. Disfruto estar sirviendo como voluntario en La 72 porque cada actividad hecha, me hace crecer ayudando.
- ¿De qué manera le ha marcado espiritualmente este servicio?
Espiritualmente me ha llevado a conocer mis límites pero también me ha liberado; espiritualmente me ha fortalecido y llevado a reflexiones que de otro modo, probablemente no tendría. Espiritualmente ha marcado mi vida hasta dónde ésta, llegue precisamente porque esa espiritualidad humanitaria emanada de La 72, me impulsa a continuar, cuidar y madurar dicho servicio desde mi persona y con quienes me rodean.
- Mencione el nombre de una persona a quien le agradece por haber brindado este servicio:
Quisiera mencionar a tantas personas, cada una de quienes me vienen a la mente dejaron parte de sus vidas para cuidar otras pero me detendré en una persona en particular: Amanda, que fue una gran compañera del voluntariado y si algo debo agradecer por prestar su servicio como voluntaria es por su amistad y entrega con todxs en La 72.
Andrea Montserrat Hernández Voluntaria
- ¿Quiénes son las personas en movilidad a partir de su experiencia
Somos todas aquellas personas que, en ejercicio de nuestros derechos, nos movemos a diferentes lugares ya sea de manera voluntaria o forzosa.
Durante mi estancia en la 72, fui capaz de darme cuenta que todas y todos podemos ser migrantes, sin embargo, no todas las personas tienen la oportunidad de migrar de forma segura o de llegar a su destino.
¿Qué ha disfrutado más en sus anteriores servicios como voluntaria en la 72?
Han sido muchas cosas que he disfrutado como voluntaria, pero las principales son las siguientes.
Conocer personas de otros lugares del mundo, pues me han ayudado a descubrir otras formas de trabajar, pensar y de construir un mundo más justo.
Disfruté compartir espacios en donde me enseñaron que ni las fronteras son capaces de detener los sueños y metas.
Poder crear lazos fraternos y de amistad a pesar de la distancia.
Encontrar mi vocación, cuando estuve en la 72 estudiaba derecho y no sabía si realmente era a lo que me quería dedicar, sin embargo, al estar ahí descubrí que me apasiona la defensa de los derechos humanos.
¿De qué manera le ha marcado espiritualmente este servicio?
Me marco a través de cada persona que conocí en el refugio ya que fui desarrollando la capacidad de reconocer a Jesús en el y la otra.
Ver a Jesús siendo perseguido por la violencia de los maras pero al mismo tiempo ver a Jesús en la ayuda que brindan las y los voluntarios.
Ser voluntaria me abrió los ojos ante una realidad que duele e incómoda, durante ese voluntariado escuché y vi situaciones sumamente tristes e injustas y el haber tenido la oportunidad de convivir con frailes me ayudó a procesar todas estas vivencias además de que me ayudaron a tener otra mirada ante estos contextos que nos atraviesan día con día.
Mencione el nombre de un persona a quien le agradece por haber brindado este servicio.
Hay tantos nombres que pasan por mi cabeza, sin embargo, una de las personas con quien mas pude convivir fue con Gasti de Argentina.
Le agradezco su bondad y amistad, así como las sonrisas y miradas de esperanza que nos compartió a cada una de las personas que tuvimos la oportunidad de conocerle. En él vi el rostro de Jesús.
Ana María Bonetto. Voluntaria
- ¿Quiénes son las personas en movilidad a partir de su experiencia?
Son personas que buscan mejor calidad de vida. Ninguna de ellas migra porque le gusta, sino que se ven forzados a dejar su lugar de origen por diferentes motivos, tratando de encontrar un sitio que les permita obtener oportunidades para desarrollar sus potenciales en paz, con trabajo, dignidad y dinero necesario para solventar sus necesidades.
¿Qué ha disfrutado más en sus anteriores servicios como voluntaria en la 72?
Anterior a La 72, disfruté mucho mi voluntariado en la Amazonía Peruana. Debido a la distancia y a los avatares económicos no he podido volver nuevamente a La 72 pero no pierdo la esperanza de regresar.
¿De qué manera le ha marcado espiritualmente este servicio?
Me permitió crecer en solidaridad, servicio y agradecimiento, reafirmando la convicción de que la esencia del franciscanismo es caminar junto al hermano más vulnerable, sin juzgar ni discriminar, incluyendo a TODOS.
Mencione el nombre de un persona a quien le agradece por haber brindado este servicio.
Agradezco a todas las personas que formaban parte de La 72 en aquel momento, especialmente a Fray Tomás y Ramón Márquez.
Juan Arturo Cadena. Voluntario
Son seres humanos en busca de la felicidad y la libertad, son personas que nos hacen ver la decadencia del ser humano, pero a la vez nos recuerdan que aun podemos ser respetuosos, humildes, y que la compasión aun prevalece en muchos de nosotros quienes también queremos un mundo y un futuro lleno de oportunidades, donde estas personas puedan gozar de justicia y paz. Ser migrante es un derecho de cada uno y una de nosotrxs. Me quedo con una frase de Pedro Pantoja Arreola “cuando emigra el joven emigra la esperanza”
¿Qué ha disfrutado más en sus anteriores servicios como voluntaria en la 72?
Sin duda alguna la convivencia con la población migrante y sobre todo con mis compañeros y compañeras del voluntariado, compartir experiencias, gustos, aprender de otras culturas e idiomas, momentos de tristeza o alegría, enojos, pero también palabras de aliento y de ánimo.
Aun recuerdo la tarde que llegué a La 72 cuando James me ayudó con mi maleta, también recuerdo cuando Jana Douglas se fue y lloré desconsoladamente porque sentí lo que era dejar ir una amistad así de valiosa como la suya.
Recuerdo la primera vez que entre a la 72 tenía dos días de haber llegado y una tarde estando en la cocina estaba cerca ya La Bestia y comenzaron a gritar ¡el tren! Y vi como mujeres, hombres, jóvenes y ancianos corrían, padres jalando a sus niños dejando en muchas ocasiones sus maletas o mochilas tiradas, yendo hacia un futuro incierto dejando atrás una vida incierta.
Me gusto mucho poder enseñarle a mis compañeras y compañeros el trabajo dentro de La 72 cuando no sabían hacerlo, el compañerismo que se crea dentro de este lugar es mágico, te envuelve y te hermana con cada uno de ellos, aprendí mucho del exdirector Ramón y de muchos defensores de DDHH. Recuerdo que en mi segunda estancia en la 72 conocí a María Boneto y Miriam Beccar mujeres argentinas con mucho temple, mucha paz y luchadoras sociales, me enseñaron el valor de las cosas y el significado de la vida; le pido a Dios que las proteja siempre y que me permita algún día volver a disfrutar un mate con ellas.
Estrechar lazos de amistad en tampoco tiempo, teniendo en cuenta que somos personas muy distintas, pero con un mismo objetivo; ayudar a las personas migrantes en su caminar y sobre todo hacerles ver que también son seres humanos que no necesitan abandonar su hogar, agradezco a la vida por haberme mostrado a personas hondureñas que me enseñaron a bailar “la punta”, a los salvadoreños con su rica “pupusa” a todos y cada uno que regaló en mi su confianza y su vulnerabilidad, gracias.
¿De qué manera le ha marcado espiritualmente este servicio?
Tocó mi sensibilidad humana, me hizo ver que existen problemas más allá de los míos, y que existen personas a las cuales puedo ayudar; me hizo creer una vez más en la justicia social, así como las personas migrantes creen en Dios durante su ruta en busca de esa igualdad de oportunidades y de esa sociedad en paz. Sin duda alguna marcó mi vida para siempre psicológicamente, pero se reforzó mi espíritu de servicio y mis convicciones son mas fuertes.
Si existe algo allá arriba espero algún día me deje entrar.
Mencione el nombre de un persona a quien le agradece por haber brindado este servicio.
Agradezco a cada uno de los voluntarios y voluntarias que conocí durante las 3 estancias que hice, los llevo en mi corazón; tuve muchas conexiones fuertes, pero sin duda alguna le agradezco a Hilda Leticia Zarate Cervantes por haber estado en La 72.
Miriam Beccar. Voluntaria
Quiénes son las personas en movilidad a partir de su experiencia?
Los/as migrantes se han convertido para mí en maestros de la esperanza, en caminantes de una utopía de un mundo más fraterno. No he visto a nadie como ellos/as que supieran del riesgo del camino, pero también de la fuerza motivadora de vivir con esperanza, aún contra toda esperanza. Son admirables. Y esta utopía no tiene edad
¿Qué ha disfrutado más en sus anteriores servicios como voluntaria en la 72?
Desde el día que me enteré de la existencia casa Hogar-refugio la 72, tuve una cercanía interna con la situación de los/as migrantes. Me parecía tan poco humano lo que vivían, que no podía dejar de pensar en ellos/as, aún sin conocerlos/as. Era muy grande mi deseo de ir al voluntariado, de poder compartir sus vidas en ese instante dónde más necesitan el contacto de un ser humano, que los mire y reciba como iguales en dignidad y en derechos, cómo hermanos y hermanas de un mismo Padre Dios. Y cuando tuve la bendición de estar allá encontré la acogida de los/as miembros de la casa (frailes y voluntarios) y de los/as mismos/as migrantes que ya estaban, y no fue difícil ser abierta y fraterna, sintonicé enseguida con la dinámica, porque, en algún punto, todos/as estábamos unidos/as por un mismo Espíritu, el Espíritu de Jesús.
¿De qué manera le ha marcado espiritualmente este servicio?
No puedo definirlo sólo como una experiencia espiritual. Es tan dramática la situación de los/as hnos./as migrantes que te interpela como ser humano y como hijo de Dios. Compromete todos tus sentidos, hasta tu propia historia y el sentido de tu vida y de la vida del ser humano. Definitivamente nunca más fui ni seré la misma que fue a La 72, y creo que eso está muy bien. Sigue siendo una casa de acogida no sólo a los/as migrantes, sino también para los/as voluntarios/as. Me sentí en casa…
Mencione el nombre de un persona a quien le agradece por haber brindado este servicio.
- Fray Jaime Campos Fonseca OFM
- Fray Tomás González castillo OFM
- Ramón Marquez.