Tenemos el privilegio de leer el testimonio de un hombre originario de Haití, quien por razones económicas intentó emigrar de Brasil con su esposa y su hijo. (Parte 1)
Salí de Brasil para los EE. UU. en 2016. Mi familia y yo partimos con mucha alegría, fui con mi esposa y mi hijo de seis meses porque elreal al cambio de dólar nos dejó poco. Nos fuimos para ayudar a los que dejamos atrás: familia, hermanos, hermanas, padres, incluso nuestros amigos, todos.
Salimos de Brasil, luego de Perú, Ecuador, Colombia. Para llegar a Panamá, tuvimos que cruzar la selva.
Eso no fue fácil. Siempre recurrimos a lo espiritual, debido a nuestra religión. Puede que tengamos que pagar por un guía o por la comida, pero para sobrevivir en la jungla, el aspecto espiritual es lo más importante.
En la frontera de Nicaragua tuvimos problemas. Nos violaron y robaron. La policía nos golpeó. Tuvimos suerte de salir. Llegamos a Honduras, de ahí a Guatemala, luego a México, donde fue difícil. Nos hicieron hacer fila. Los haitianos dejamos de estar unidos, comenzamos a discutir, todos querían ser los primeros.
“No es el fin del mundo, pruébalo en los EE. UU. Algún día volveremos a nuestro plan”.
Cuando llegamos a la frontera, un amigo de mi esposa nos dijo que la gente estaba cruzando, pero solo admitían mujeres y niños. Mi esposa comenzó a llorar porque sabía cómo era la vida en los EE. UU. para una madre que cuida sola a un niño pequeño. Mientras aún estábamos detenidos, le dije: «No es el fin del mundo, inténtalo en los EE. UU. Algún día volveremos a nuestro plan». Encontraré a alguien que me ayude. El amigo me dijo que podía solicitar asilo. Le dije que no soy político, no estoy buscando eso. Luego Donald Trump vino a México y decretaron que todos seríamos deportados a Haití. Así fue como me deportaron a Haití. Para mí, todo esto es una herida. La separación de mi esposa y mi hijo parte mi corazón en dos. Hay muchos problemas, difíciles. Pero saldré bien porque estoy decidido; todo es devastador.
Escuche la narración de esta historia migrante (#349 Parte I) y muchas más a través de nuestro colaborador, Humanizando La Deportación, un proyecto de narración digital basado en la comunidad que documenta las consecuencias humanas de los regímenes contemporáneos de migración y control fronterizo en los Estados Unidos y México. Humanizando La Deportación ha estado recopilando y produciendo estas historias desde principios de 2017, con fondos de varias subvenciones y patrocinios institucionales de la Universidad de California, Davis y cinco instituciones asociadas mexicanas.