El 15 de octubre el equipo de la Red Franciscana para Migrantes de Honduras se desplazó a la iglesia de San José Nueva Choluteca, Patuca, Olancho, llevando una donación de colchonetas, medicamentos, ropa y alimentos.
La iniciativa surgió a través de María Elda Aguilar, Hermana Franciscana Cooperadora, quien reside en Juticalpa, compartió su preocupación por el incremento de los migrantes en Patuca y el poco apoyo que tienen los voluntarios de la iglesia, quienes a raíz de su indignación resolvieron organizarse y brindarles la ayuda adecuada.
El 15 de octubre un equipo de 7 miembros de la RFM-Honduras visitó el lugar. Juticalpa fue la primera parada donde cambiamos de transporte. Padre Reymundo, de la Parroquia Santa Gertrudis, buscó que una persona nos llevará hasta la comunidad.
Salimos este mismo día hacia Patuca, allí nos encontramos con un escenario esperanzador debido a la organización de un equipo de laicos de la iglesia, pero al mismo tiempo la cantidad de personas migrantes, entre ellas menores de edad, a las que se les atendía.
El equipo de Patuca se ha organizado para ofrecer ropa limpia, lavando la que dejan los migrantes y gracias a donaciones tienen medicamentos, alimentos y agua. El equipo prepara la comida y coordinan con un autobús para que lleve a los migrantes directo a Danlí. Los voluntarios hacen los listados de quienes parten en el bus y están atentos a llamarlos por nombre para que paguen un costo de 10 dólares.
El autobús los lleva a migración y luego al albergue de Danlí. Contrario a la amnistía migratoria que entró en vigencia el 4 de agosto del presente año y que vence el primero de diciembre de 2022, en las oficinas de migración pagan el salvoconducto que tiene un costo de 261 dólares (L 6, 382 lempiras). Esto para muchos migrantes es imposible de pagar, ya que en él durante el viaje muchos ya han sido estafados y asaltados. Está una de las razones por las que algunos se quedan varados en Honduras a espera de que algún familiar pueda enviarles dinero para continuar su camino.
Los hermanos que están colaborando en el salón de la iglesia trabajan de forma organizada atendiendo alrededor de 400 a 600 migrantes por día y a la fecha han atendido a 5,000 migrantes. Su labor es grande y aunque han recibido ayuda de las autoridades locales, aún siguen desarrollando la asistencia humanitaria sin acompañamiento de nadie más. Ellos son los samaritanos organizados con deseos de servir al prójimo y defenderlos de la injusticia.
La RFM en Honduras, sigue buscando organizaciones que puedan apoyar a esta situación, que viven los hermanos en Patuca para que se solidaricen con su arduo servicio, y para que el Estado busque respuestas inmediatas de contención y protección de los derechos humanos de las personas migrantes.
Ana Victoria López
RFM-Honduras