cada uno ame y cuide a su hermano, como la madre cuida y ama a su hijo” RegNB 9
San Francisco de Asís

Llegan buenas noticias a nivel de sensibilidad mundial, esta vez, debido a que, La Asamblea General de las Naciones Unidas decidió proclamar el 29 de octubre como Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo.

Esto se alinea con la agenda regional de género de América Latina y el Caribe, que impulsa la Sociedad del Cuidado, como horizonte impostergable para impactar en las desigualdades estructurales de nuestras sociedades.”[1]

El cuidado es algo nato en el humano, por eso surgió la cacería y la agricultura, para resolver la alimentación básica del núcleo familiar o tribal, de igual manera se favorece todo el ciclo de crecimiento humano, por el cual hemos pasado todos y todas en la vida, es un proceso que fundamentalmente tiene que ver con el cuidado, con el proteger, ayudar, colaborar, enseñar, alimentar, defender y sanar. Sin cuidado no hay vida, no puede desarrollarse una comunidad, un pueblo, la calidad de vida en toda la creación.

En cuanto al cuidado en América Latina, se evidencian causas estructurales que hacen que las grandes mayorías de la población, no tenga acceso a una calidad de vida, estos factores son: la desigualdad e injusticia social, la corrupción de los gobernantes y la clase política, la violencia y discriminación hacia la mujer y la niñez, la violencia de los Estados y del crimen organizado, como el encarecimiento de la canasta básica, y el desempleo. Estos son algunas causas estructurales que afectan directamente la calidad humana, por ende, el cuidado de la vida humana y la naturaleza en todo sentido. En la medida que empeora la calidad de vida de la población, se destruye la vida en la creación, en esta casa común.

El sentido del cuidado en la humanidad tiene rostros concretos y género, así lo plantea la ONU, “La fuerza de trabajo mundial dedicada a la prestación de cuidados está integrada por 249 millones de mujeres y 132 millones de hombres…Las mujeres realizan el 76,2 por ciento de todo el trabajo de cuidados no remunerado, 3,2 veces más tiempo que los hombres.[2] Esto evidencia una injusticia de género. ¿Cuánto se tendría que valorar en una tabla salarial a nivel nacional el trabajo del cuidado hecho por las mujeres? un trabajo que ha sido invisible, y con un total sentido sexista: “vos eres mujer, a vos te toca cuidar.” Es qué los varones, ¿no tenemos las mismas manos, brazos, pies, cabeza al igual que las mujeres?

Esta situación de desigualdad en el trabajo de los cuidados, es sostenida por la mentalidad cultural machista y patriarcal, que genera patrones culturales, familiares y religiosos, que violentan y marginan a la mujer, subordinándola al hombre-macho. En este sentido el poder ejercido por el hombre permea todas las instancias y espacios sociales que producen una discriminación y violencia, que afecta la dignidad de la mujer.

Este patrón del cuidado se evidencia en toda la dinámica de la migración forzada que se está desarrollando en los territorios de América Latina, sin cuidado no se logra alcanzar la meta de la migración, tener calidad de vida. La migración tiene rostros de mujer, “En el año 2020, de los 16,2 millones de emigrantes de Centroamérica y México, el 48,7 % eran mujeres. El fenómeno migratorio en Centroamérica afecta particularmente a mujeres y niñas, quienes enfrentan desafíos en todas las etapas del trayecto… el 25 % de los grupos familiares viajan con alguna mujer o niña, siendo el tránsito la etapa de mayor riesgo …Dos de cada diez mujeres y niñas migrantes reportaron haber sido sobrevivientes de violencia de género (sexual, física y psicológica) mientras cruzaban la selva del Darién.”[1]

Cuando uno ve los rostros de la mujer migrante que pasa por Panamá, se observa una hija, hermana, pareja, trabajadora, madre o abuela, es decir, es un rostro como cualquier mujer panameña que no ha decidido emigrar. Estas mujeres han realizado procesos de cuidado hacia otros, sosteniendo la vida, haciendo que la vulnerabilidad sea solventada por el cuidado.

Una mujer venezolana, que pasó por el Darién en diciembre del 2022, la rodeaban 5 menores, ella misma contaba que tres eran sus hijos de sangre y los otros dos, eran hijos adoptivos que se le unieron en la selva del Darién, con los que “ahora forma una familia.” El sentido de cuidado, tanto de protección, acogida, defensa y alimentación, son acciones que la mujer está desarrollando en todo el camino migratorio. El otro grupo vulnerable, que es notorio el número reducido, son los adultos mayores.

De igual manera es claro que el cuidado es una práctica en relación a la casa común, con todas sus criaturas, biodiversidad, y ecosistemas, que embellecen y dan alimento a los que habitamos. Los grupos migratorios y las criaturas en sus ecosistemas comparten en común la misma vulnerabilidad. El cuidado se complementa con la defensa de los Derechos humanos y de los pueblos, del agua, de los bosques, la biodiversidad y los territorios.

El Dios bíblico, hizo el recorrido histórico con el Pueblo de Dios, siempre alimentando, cuidando y defendiendo a su pueblo en medio de otros pueblos del Oriente Medio. Es el Dios creador que hizo con amor esta casa común para que toda la vida se desarrolle en su diversidad; este es el Dios liberador, que libero al pueblo de la opresión del imperio, hicieron un camino por el desierto siempre cuidando la vida aun con las dificultades del desierto; este Dios celebró una alianza con el pueblo libre, donde hicieron un pacto de amor basado en la justicia y la misericordia. Este Dios privilegia el cuidado de los más vulnerables en el pueblo, como lo es: el huérfano, la viuda y el extranjero/migrante (Dt 10,18-19; Dt 24,17-19; 26,12). El Dios que camina con su pueblo, lo hace desde la misericordia y la justicia, cuidando así la vida.

Cuando llegó el tiempo, Dios se encarnó en la historia en Jesús, El Hijo. Jesús priorizó la vida, por eso actuó sanando, liberando y dignificando la vida. Jesús siempre estuvo del lado del más vulnerable, propiciando la vida en abundancia (Mc 3,1-6; Lc 10,33). El sentido último del seguimiento de Jesús, es asumir con amor la cruz ignominiosa, hasta llegar con libertad a dar la vida para que haya vida. También, Él, Jesús el Señor, quedó existencialmente en cada migrante, ver el rostro de un migrante es ver el rostro de Jesús, por eso cuidar y acoger a un migrante es hacerlo con el propio Jesús, el Hijo amado. El principio o “mandamiento” en la fe cristiana, es cuidarse, protegerse y amarse así mismo, al otro, a la creación y al Dios dador de vida (Mc12,28).

René Flores
RFM – Panamá

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[1] https://lac.unwomen.org/es/stories/noticia/2023/10/el-dia-internacional-de-los-cuidados#:~:text=El%20D%C3%ADa%20Internacional%20de%20los%20Cuidados&text=La%20Asamblea%20General%20de%20las,los%20Cuidados%20y%20el%20Apoyo.

[2] https://www.un.org/es/observances/care-and-support-day

[3] https://blogs.worldbank.org/es/latinamerica/mujeres-ninas-migrantes-buscan-futuro-mejor-centroamerica